Carola nos buscó para transformar el cuarto de sus hijas: un mismo espacio que debía funcionar para dos personalidades distintas, adaptarse a sus gustos actuales… y crecer con ellas.

Diseñamos un escritorio compartido con iluminación funcional, contactos integrados y suficiente superficie para que ambas puedan hacer tareas, leer o simplemente dibujar juntas sin peleas. También incorporamos estantería a la medida para libros y peluches, y espacios de guardado que permiten mantener el orden sin sacrificar encanto.

Los detalles hacen la diferencia: burós en madera clara, repisas de tejido natural, lámparas con pantalla textil y jaladeras de Zara Home. El papel tapiz de Enmuro Design —en un diseño atemporal— y los cuadros personalizados sobre cada cama dan el toque final.

Usamos una base neutra para que el cuarto no se quede "chiquito" con el tiempo, y sumamos toques en rosa a través de cojines y frazadas que aportan calidez y alegría.

Cabeceras: